En un seminario web, el responsable de políticas del BCE, Klaas Knot, indicó que los inversionistas consideran la posibilidad de una inflación más alta, una buena noticia después de un período de reveses y la amenaza de la deflación.
Knot señaló que el actual escenario del BCE es favorable para la finalización del programa de compras de emergencia pandémica -marcado para marzo de 2022-, aunque esclareció que no significa el fin de la política monetaria flexible.
Los esfuerzos del banco central para crear una tendencia de inflación duradera pueden implicar exceder el dos por ciento durante algún tiempo, pero no es proporcional utilizar la compra de activos para luchar activamente por ese exceso, afirmó.
Los precios al consumidor en el bloque monetario aumentaron a un ritmo anual del 3,4 por ciento, dato mucho más rápido que el objetivo trazado por el BCE de una inflación cercana o en el límite del dos por ciento.
Algunos funcionarios de la entidad financiera insisten que el aumento de los costos al consumidor es transitorio y está relacionado con la escasez de suministros tras la reapertura de las economías globales.
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