El proyecto, conocido como Ley de Libertad de Voto, no alcanzó los 60 votos necesarios después de que el Senado se dividió en 49-51.
La iniciativa convertiría el día de las elecciones en una fiesta nacional, establecería normas mínimas nacionales para el voto anticipado y el voto por correo e incluiría normas para los estados que exigen la identificación de los votantes.
Incluye nuevos requisitos sobre la divulgación de quién está detrás de los anuncios en línea y busca detener la manipulación partidista.
Los demócratas consideran que el derecho al voto y la reforma electoral son una prioridad absoluta, mientras los estados republicanos se muestran escépticos siguiendo la influencia del expresidente Donald Trump, quien afirmó falsamente que las elecciones del 2020 fueron robadas.
Por cada dos pasos hacia adelante, nos hacen retroceder uno. Lamentablemente, hoy nos encontramos en medio de esa lucha, dijo el miércoles el líder de la mayoría del Senado, advirtió el demócrata Charles Schumer.
En todo el país, la Gran Mentira (en alusión a las acusaciones de fraude) se extendió como un cáncer, y hoy muchos estados republicanos aprobaron las restricciones más draconianas contra el voto que hemos visto en décadas, añadió.
Si no se hace nada, estas leyes dificultarán la participación política de millones de estadounidenses, dijo el senador.
Biden y la vicepresidenta Kamala Harris convocaron a los senadores a viabilizar el proyecto sobre derecho al voto, según la Casa Blanca.
La administración presionará para que se legisle sobre el derecho al voto y así salvaguardar nuestra democracia de las amenazas históricas a las libertades constitucionales y a la integridad de las elecciones, resaltó Biden.
Los demócratas ya intentaron presentar en el Senado un proyecto de ley más amplio, conocido como Ley para el pueblo (For the People Act), pero los republicanos lo bloquearon a principios de este año.
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