Dos meses después de la evacuación de 80 mil afganos que huían del ascenso del movimiento Talibán al poder, la Casa Blanca decidió abandonar a su suerte a un grupo de personas bajo el pretexto de que tienen antecedentes de delitos violentos o vínculos con militantes islamistas.
En la mayoría de los casos, las evaluaciones de seguimiento no aclaran si esta afirmación es cierta o falsa, por lo que ahora quedaron en el limbo, explicó el diario.
Los militares transfirieron a la mayoría de los evacuados no identificados, algunos de ellos acompañados de sus familiares, a Camp Bondsteel, una base militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Kosovo.
Las autoridades kosovares aceptaron que los afganos fueran alojados allí por el período de un año, siempre que no salgan del enclave militar.
No está claro qué mandato legal tienen los militares de Kosovo para retener indefinidamente en el extranjero a los ciudadanos de la nación centroasiática que no son detenidos en tiempo de guerra.
Según expertos, es posible que ese escenario no se produzca nunca, pues hasta la fecha ninguno ha intentado salir de la base.
Pero la publicación estadounidense alertó que no existe un consenso claro sobre lo que los guardias podrían o deberían hacer si se desata una situación como esa.
Los relocalizados son aquellos que requieren más investigación y sobre los cuales se desconoce si recibirán permiso para entrar en Estados Unidos, dijeron funcionarios de la Casa Blanca este sábado.
De acuerdo con The New York Times, es probable que a muchos se le prohíba la entrada al país norteño, por lo que el equipo de seguridad nacional de la administración del presidente Joe Biden se reunió recientemente para estudiar cómo tratarlos.
La Casa Blanca se negó a proporcionar un número preciso del grupo considerado problemático, diciendo que fluctúa a medida que el trabajo de evaluación continúa.
Sin embargo, varios funcionarios coincidieron en que los que pudieron cometer delitos violentos son de un solo dígito, mientras que varias docenas de personas son señaladas por sus aparentes vínculos con militantes islamistas.
La guerra de Estados Unidos en Afganistán comenzó en octubre de 2001,tras los ataques a las Torres Gemelas, en Nueva York, y es la más larga de la historia de esta nación norteña, bajo el pretexto de combatir el terrorismo.
Hoy el país asiático vive una situación de inestabilidad política, económica y social agudizada desde la invasión de las tropas norteamericanas y sus aliados de la OTAN, según expertos.
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