En un vídeo difundido por su oficina, el gobernante conservador apuntó que su petición abarcará cuatro áreas específicas: el carbón, los automóviles a gasolina y diésel, el fondo climático y la reforestación.
Sobre el carbón mineral, dijo que esperaba que los países desarrollados dejen de usarlo como combustible para 2030, y el resto del mundo para 2040.
Exhortará, además, a los líderes mundiales participantes en la reunión auspiciada por la ONU a imitar el ejemplo de Reino Unido, que prohibirá la fabricación de vehículos con motores de combustión interna a partir de 2035.
También dijo que presionará para que las naciones más ricas, que históricamente aportaron las mayores cantidades de gases contaminantes, contribuyan con 100 mil millones de dólares anuales a la transición del planeta hacia fuentes renovables de energía.
Respecto a la reforestación, explicó que el objetivo es que para 2030 se estén plantando más árboles en todo el mundo que los que se pierden.
Johnson admitió que las metas para la COP26 son muy ambiciosas y requerirán de un esfuerzo enorme de la diplomacia y la imaginación, pero remarcó que ‘hay que ser ambiciosos y audaces’.
Esta es nuestra mejor oportunidad para hacer ahora los cambios que necesitamos para garantizar la salud y la prosperidad de la economía y salvaguardar la belleza y el equilibrio de la naturaleza, aseveró.
El optimismo del primer ministro británico contrasta con sus declaraciones de la víspera, cuando admitió que será difícil llegar a un acuerdo en la cumbre de Glasgow.
En la COP26, considerada una de las últimas oportunidades para salvar a la Tierra, se espera que los líderes del mundo adopten compromisos serios para limitar el calentamiento global a 1,5 grados.
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