Distantes por la ‘política de austeridad’ implantada por Merkel pero concordes en cuanto al tema migratorio, ambas naciones tienen en agenda abordar lo que Atenas califica de ‘falta de unidad continental’ sobre este último aspecto.
A Atenas llegará Merkel tras visitar Turquía, protagonista de fuertes enfrentamientos diplomáticos y hasta bélicos con el país vecino heleno por el derecho de explotación de los recursos en el mar Mediterráneo, y otras cuestiones que enrarecen el diálogo bilateral.
La Grecia de 2021 no tiene nada que ver con la de 2015 o 2010; esta es una nación diferente, afirmó días atrás su primer ministro Kyriakos Mitsotakis, en una entrevista con el diario alemán ‘Bild’.
Somos un país soberano (…) y las reformas que llevamos a cabo ahora son por elección propia, ‘por el bien de la nación’, y con la economía apuntando nuevamente al alza, afirmó.
En ese escenario llegará Merkel a Grecia, país que aboga por ‘ser más contundentes con Turquía en cada cumbre regional’, pero que se muestra ‘inconforme’ con los comunicados finales que, según sus términos, nunca trascienden las amenazas de posibles sanciones contra Ankara.
En la agenda del diálogo con la visitante estará el fondo de recuperación europeo pospandemia que Atenas quiere convertir en herramienta permanente, según trascendidos.
Fuentes gubernamentales helenas revelaron que en las conversciones Mitsotakis expondrá en detalle sus planes de una ‘amplia cooperación energética en el Mediterráneo oriental’, ratificada tras la firma de un acuerdo con Egipto sobre la interconexión eléctrica de ese país con Grecia y Chipre.
Durante su estancia en Atenas, está previsto que Merkel se reunirá además con la presidenta de Grecia, Katerina Sakellaropulu.
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