Ese criterio lo sustentan guías del Ministerio de Turismo (Mintur) consultados por Prensa Latina vía electrónica y corroborado por reclamos de información vía internet de potenciales visitantes extranjeros.
Incluso el boletín electrónico español Buenviajeacuba refleja dicho interés y las excelentes potencialidades de la isla en cuanto a esta modalidad de vacaciones.
Precisamente, antes de la pandemia, tales maneras recreativas crecían en cuanto a participantes, en momentos de entrada a este país de más de cuatro millones de visitantes extranjeros por año.
Negociado en el decenio de 1960 entre países y organizaciones no gubernamentales preocupados por la creciente pérdida y degradación de los hábitats de humedales para las aves acuáticas migratorias, la Convención Ramsar constituye el más antiguo de esos acuerdos internacionales.
Se trata de un trato dedicado al medio ambiente que se mantiene en vigor, adoptado en la ciudad iraní de Ramsar en 1971 (de ahí su nombre), con inicio en 1975.
Cuba se unió a los Países Contratantes de la Convención en el año 2001, y en la actualidad esta nación cuenta con seis áreas designadas como Humedales de Importancia Internacional (sitios Ramsar).
Dichos espacios llevan una superficie de un millón 188 mil 411 hectáreas, lo cual ratifica el alto valor de los ecosistemas en el archipiélago y su importancia para la preservación de especies de la flora y la fauna.
Uno de los ejemplos más sobresalientes es la ciénaga de Zapata (Sitio Ramsar en 2001) de la occidental provincia cubana de Matanzas.
Este es el más grande y mejor conservado humedal del Caribe insular, con el área de pantanos y marismas más extensa de Cuba y considerables extensiones de bosques (argumentos para otorgar dicha condición).
Se reconoce como distrito fitogeográfico debido a su particular flora, y sirve de hábitat a más de 200 especies de aves, fundamentalmente migratorias.
También mencionan a la ciénaga de Lanier y sur de la Isla de la Juventud (2002), que alberga varios biotopos o áreas de condiciones ambientales uniformes, entre los que destacan el bosque semideciduo, la laguna arrecifal, placeres de pastos marinos, manglares y herbazales de ciénaga.
En la lista Ramsar, también se encuentra el humedal Delta del Cauto (2002), un complejo de estuarios, marismas y pantanos, producto final del mayor sistema fluvial cubano (río Cauto).
Citan los expertos a la bahía de Buenavista (2002) en la región central, al norte de las provincias de Villa Clara y Sancti Spíritus, el gran humedal del norte de Ciego de Ávila (2002), y al de la desembocadura del río Máximo en la centro-oriental provincia de Camagüey (2002).
Con la implantación de los protocolos Ramsar en dichos humedales, el Estado cubano gestiona estrategias para su conservación, que incluyen la creación de planes de manejo, establecimiento de mejores zonificaciones urbanas y agrícolas, y el fomento de la investigación científica.
Por demás, se trata de atractivos escenarios para el turismo de naturaleza y aventuras que en Cuba lo tramita sobre todo la agencia de viajes especializada Ecotur.
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