Considerado un pionero de esta metodología (grafitis inverso), Dauven exhibe desde su perfil en la red social Instagram el proceso de creación de su más reciente mural La Forêt (El bosque), el cual está ubicado en la presa Vouglans, Francia.
En una superficie cercana a los 400 metros, el artista plasmó dos mil 500 puntos de medición láser para esbozar la pintura, sufrió dos semanas de retraso por las tormentas ocurridas en el mes de julio y luego retomó el trabajo, casi desde cero.
Heredero de la tradición cultivada por el artista visual suizo Harald Naegeli, Dauven apuesta por el gran formato para ejecutar su trabajo, por lo cual diques de Alemania, Corea y Japón, han servido de lienzo para sus obras.
Aunque se distinguen por el carácter efímero, sus bosques, animales y retratos en graffiti inverso figuran en puentes, muros y muelles de puertos, mientras revistas y libros documentan y difunden las imágenes.
La técnica, que alude el efecto del revelado en la fotografía, no solo constituye una forma de arte, sino que invita la transformación, al cuidado del medio ambiente y a las prácticas creativas sostenibles.
mem/lbl