Afianzaremos el trabajo y, de forma paralela, disminuirá el índice de desocupación con una erogación desde el Estado para activar la demanda interna, añadió el vocero presidencial, Jorge Richter, en una entrevista con radio Cepra.
Ello contribuirá –subrayó- a que la gente tenga mejores posibilidades de trabajo y el país empiece también a reconstruir ese andar en su aparato productivo.
La inyección de capital será dedicada a la continuidad en la ejecución de obras importantes, como la Planta de Amoniaco y Urea de la zona de Bulo Bulo, en el trópico de Cochabamba, agregó el también analista político.
Esa fábrica genera ahora cada mes alrededor de 22 millones de dólares de utilidades para los bolivianos, precisó y aludió a otros proyectos en desarrollo como la construcción del tren metropolitano de la central región de Cochabamba.
También se ejecutan plantas fotovoltaicas y eólicas en el departamento oriental de Santa Cruz y es fomentada la fabricación de vehículos eléctricos, entre otros objetos de obra.
La nación andina, según Richter, trabaja para mantener indicadores positivos logrados este año, como la reducción del índice de desocupación, del 6,4 al 6,2 por ciento, registrada entre agosto y octubre.
De acuerdo con el vocero presidencial, más de 917 mil bolivianos se incorporaron durante ese período a empleos de distintas actividades económicas, a causa de la mencionada reanimación del mercado laboral.
El golpe de Estado de noviembre de 2019 y la administración de facto causaron en el país multinacional la paralización de numerosas obras proyectadas por el ejecutivo del presidente Evo Morales, lo cual aumentó la tasa de desempleo.
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