Ya identificamos 65 de los cuerpos luego de realizar pruebas de ADN, explicó el vocero de la entidad, Abdul Aziz Al Jaafari, citado por el diario The Libyan Observer.
Descubrimos 43 fosas comunes y 37 individuales, distribuidas en tres áreas, precisó Al Jaafari.
Localizada a unos 80 kilómetros al sureste de Trípoli, la ciudad fue un feudo de la milicia Al Kaniyat, conocida como la novena brigada, una unidad que estaba al mando del autodenominado Ejército Nacional Libio, encabezado por el mariscal Jalifa Haftar.
En marzo último el Gobierno de transición anunció que el número de personas desaparecidas como consecuencia de la guerra civil que azota al país desde 2011 se elevó a tres mil 650.
La Misión Independiente de Investigación para este país, establecida por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, afirmó el pasado mes que las partes del conflicto en Libia habrían perpetrado crímenes de guerra y de lesa humanidad desde 2016, incluido las fuerzas extranjeras desplegadas en el territorio nacional.
Las atrocidades documentadas incluyen tortura, reclutamiento de niños soldados y asesinatos por parte de los actores del conflicto, internos o externos, señala el texto del grupo de trabajo.
También enumera ataques a hospitales, escuelas y centros de detención de migrantes.
La destrucción de instalaciones relacionadas con la salud afectó el acceso a la atención médica y las minas antipersonales dejadas por los mercenarios en áreas residenciales mataron y mutilaron a muchos civiles, detalló el presidente de la comisión, Mohamed Auajjar.
Este país vive una espiral de violencia desde el derrocamiento de Muamar al Gadafi en 2011, luego de una guerra apoyada por miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, entre ellos Estados Unidos, Francia y Reino Unido.
Bajo el auspicio de la ONU, 75 delegados libios en representación de diversas facciones y territorios eligieron en febrero último un Gobierno de transición, encargado de dirigir a esta nación árabe hasta la celebración de los comicios de diciembre.
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