No piensen que el trabajo está hecho, porque no es así, y todavía queda un largo camino por recorrer, afirmó Johnson en una rueda de prensa que cerró el segmento de alto nivel del evento que atrajo a 120 líderes mundiales.
En opinión del anfitrión de la COP26, es muy fácil llegar a una cumbre como esta y quedar atrapado por el entusiasmo exagerado que emana de la diplomacia y el instinto de ser amables.
El gobernante británico resaltó, sin embargo, que en los dos días del evento, 122 países que acogen al 85 por ciento de los bosques del planeta acordaron detener la deforestación para 2030, mientras que el 90 por ciento de las economías mundiales se comprometieron a trabajar para alcanzar la neutralidad de carbono.
Apuntó además que más de un centenar de naciones prometieron reducir las emisiones de metano para 2030.
Cuando fuimos escogidos para organizar la COP26 apenas el uno por ciento de los países había cumplido con las obligaciones establecidas en el Acuerdo de Paris (2015) para mejorar las metas climáticas para 2030 y ahora la cifra subió al 80 por ciento, aseveró Johnson.
La cumbre de Glasgow, que se extenderá hasta el 12 de noviembre, es vista como una de las últimas oportunidades para adoptar planes que permitan limitar a 1,5 grados Celsius la temperatura global, y reducir a cero las emisiones contaminantes causantes del llamado efecto invernadero.
A pesar de los aportes al fondo climático anunciados en las últimas horas y de que Japón dijo que aportará 10 mil millones de dólares adicionales, las naciones industrializadas todavía no cumplen con el compromiso de movilizar 100 mil millones de dólares anuales para ayudar a los países en vías de desarrollo a enfrentar el cambio climático.
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