El citado organismo actualizó los protocolos de prevención contra la enfermedad y dejó sin efecto la obligatoriedad de medir la temperatura o controlar el nivel de saturación de oxígenos para acceder a oficinas estatales u otros locales públicos.
También quedaron fuera de los protocolos sanitarios la desinfección de calles o plazas, superficies o espacios comunitarios, requisito que generalizó el uso de pulverizadores, electrostáticos, nebulizadores, rociadores y vaporizadores
Fue eliminada también la exigencia de contar con pediluvios (felpudos empapados de agua con cloro u otro desinfectante) para limpiar la suela de los zapatos antes de ingresar a centros comerciales, organismo públicos y otros espacios, porque no han demostrado eficacia.
No obstante, se mantiene la obligatoriedad de usar doble mascarilla sencilla o una KN95, pantallas protectoras en el transporte masivo y la distancia de seguridad de metro y medio.
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