En la provincia de Huíla, muchas personas de la tercera edad están expuestas a la mendicidad, ejemplificó el especialista, quien preside el Consejo Regional Sur en esa franja del territorio nacional.
El impacto de la Covid-19 aumentó de manera considerable los niveles de necesidad del grupo, dijo el directivo en declaraciones a la agencia angoleña de prensa (Angop), desde la sureña ciudad de Lubango, capital de Huila.
Según explicó, el Consejo Regional Sur refuerza la cooperación con las autoridades locales para paliar las necesidades, mediante iniciativas como la creación de comedores comunitarios y la entrega de asistencia alimentaria a las familias.
Solo en la provincia de Huila, los controles institucionales reconocieron la existencia de más de 22 mil ancianos con dificultades diversas en cuanto a alimentación, asistencia médica, disponibilidad de medicinas, vestuario y vivienda, ilustró.
Al abordar el panorama general de la región sureña, tampoco pueden desconocerse los estragos de la sequía, cuyo carácter cíclico agudizó los problemas de malnutrición y las carestías en distintos asentamientos poblacionales, los cuales reciben cargamentos de víveres.
En un reciente recorrido por Huila, el secretario de Estado de Salud Pública, Franco Mufinda, destacó que el propósito es reducir de manera urgente los índices de desnutrición, aunque los suministros, reconoció, resultan insuficientes para responder a las necesidades.
Los comedores comunitarios pueden ayudar a minimizar situaciones difíciles en esta fase de emergencia, juzgó el galeno, quién abogó por mecanismos sostenibles para evitar condiciones de hambre permanente entre las familias residentes en zonas sujetas a procesos cíclicos de sequía.
Más de un millón de habitantes resultaron damnificados por el déficit de precipitaciones en el sur y sudeste de Angola desde 2008 hasta la fecha, en las provincias de Cunene, Huila, Benguela, Namibe y Cuando Cubango, según estimaciones del Ejecutivo.
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