El también académico estadounidense indicó que el “informe de precios al consumo del miércoles fue feo; la inflación está siendo mucho más alta de lo que muchos, yo incluido, esperábamos”.
Sin embargo, agregó, no hay nada que contradiga el análisis del Consejo de Asesores Económicos (CEA) de la Casa Blanca, al contrario, la similitud con la inflación de principios de la posguerra parece más fuerte que nunca. Lo que estamos viviendo ahora se parece mucho más a 1947 que a 1979.
Sobre el informe de precios del miércoles apuntó que se parecía mucho a la clásica historia de la inflación resultante de una economía sobrecalentada, en la que demasiado dinero persigue muy pocos bienes.
A principios de este año, el aumento de los precios tenía una base estrecha, impulsada en gran medida por los alimentos, la energía, los coches usados y los servicios, como el transporte aéreo, que se estaban recuperando de la pandemia. Eso es menos cierto ahora: Parece que la demanda está superando a la oferta en gran parte de la economía, agregó.
Remarcó que “el producto interior bruto real, que equivale al gasto real en bienes y servicios producidos en Estados Unidos, está todavía un dos por ciento por debajo de lo que habríamos esperado que fuera la capacidad de la economía si no hubiera ocurrido la pandemia”.
Krugman planteó que los consumidores compran menos servicios pero más bienes que antes, lo que pone a prueba a los puertos, los camiones, los almacenes y demás.
Estos problemas de la cadena de suministro se vieron agravados por la escasez mundial de chips semiconductores, junto con la Gran Dimisión, es decir, la reticencia de muchos trabajadores a volver a sus antiguos puestos de trabajo. Así que estamos teniendo un brote de inflación, puntualizó.
¿Qué nos enseña la historia sobre el actual pico de inflación? Una de las lecciones es que los breves episodios de sobrecalentamiento no conducen necesariamente a una estanflación como la de los años 70.
Analizando la situación en los mercados el académico señaló que los inversores esperan una rápida subida de los precios a corto plazo. Pero las expectativas de inflación del mercado a más largo plazo se mantienen estables.
Advirtió que el alza inflacionaria no es razón para cancelar los planes de inversión a largo plazo que contempla el gobierno en su ley de infraestructura y gastos sociales.
Subrayó que la gente que hace comparaciones instintivas con los años 70 y grita sobre la estanflación, está mirando la historia equivocada. Cuando se mira la historia correcta, se dice que no hay que entrar en pánico.
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