Los manifestantes, en su mayoría jóvenes, recorrieron el centro de la ciudad y, al llegar a la esquina en la que Sotelo y Pintado fueron abatidos por la Policía, guardaron un minuto de silencio en memoria de las dos víctimas de la represión, que dejó además 70 heridos, cerca de 30 de ellos de gravedad.
La marcha, denominada “Un año sin justicia” expresó indignación por la impunidad que persiste transcurrido ese tiempo, pues una investigación a seis policías, entre ellos cuatro generales señalados como responsables de las muertes, derivó en el archivamiento del caso.
Al confirmar esa situación, el ministro del Interior, Avelino Guillén, anotó que el caso pasó a una instancia policial superior que revisa la decisión previa.
Paralelamente, una indagación de la fiscal de la Nación, Zoraida Ávalos, culminó con una acusación contra Merino y quienes fueron su primer ministro, Ántero Flores-Aráoz, y titular del Interior Gastón Rodríguez, por los muertos heridos en la represión de hace un año.
La denuncia como presuntos autores, por omisión impropia, de los delitos de homicidio, lesiones graves y leves, fue presentada al Parlamento, para que, de acuerdo al procedimiento constitucional, realice un antejuicio y ponga a los acusados a disposición de los tribunales.
El Legislativo, cuya presidenta, Maricarmen Alva, pertenece al partido de Merino, Acción Popular, mantiene congelada la solicitud del Ministerio Público y los familiares de las víctimas pidieron al Legislativo luz verde para que Merino, Flores Aráoz y Rodríguez sean sometidos a la justicia común.
Las protestas contra Merino y su gabinete ministerial de extrema derecha se desataron después que asumió la presidencia, el 10 de noviembre de 2020, en reemplazo del destituido Martín Vizcarra (por acusaciones de corrupción), en medio de denuncias de una conspiración golpista de ese sector político.
El mandatario renunció cinco días después bajo la presión de las grandes manifestaciones en su contra en todo el país y negaron su responsabilidad en la represión que tuvo su jornada más virulenta el día 14, cuando murieron Sotelo y Pintado. La manifestación de este sábado exigió también reparaciones para las familias de los caídos y para los heridos y que el Estado se haga cargo de la atención médica de los lesionados graves que se encuentran en crítica situación.
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