Una nota de prensa de la Presidencia precisa que el mandatario aceptó la dimisión y agradeció al renunciante Walter Ayala, por los servicios prestados a la Nación en su gestión de menos de cuatro meses.
El anuncio omite cualquier referencia a las presiones que determinaron la renuncia de Ayala, acusado por los exjefes del Ejército, José Vizcarra, y la Fuerza Aérea, Jorge Chaparro, de recomendar supuestamente en nombre del jefe de Estado, por el ascenso de tres generales.
Ambos señalan que se negaron a aceptar las recomendaciones y posteriormente fueron relevados por el presidente Castillo, sin explicaciones, por lo cual exigen saber los motivos de su retiro.
La aceptación de la renuncia de Ayala se anunció horas después de que el renunciante declaró que seguía siendo ministro mientras Castillo no aceptara su renuncia y dijo que está dispuesto a someterse a una interpelación acordada por el Parlamento, la cual quedó sin efecto por la dimisión.
El ministro dijo anoche que no tiene culpa alguna y que renuncia porque sabe que el caso de los militares estaba siendo usado por la oposición parlamentaria contra el presidente Castillo, con la intención de vacarlo (destituirlo).
De otro lado, otro supuesto autor de presiones a favor de tres coroneles, el secretario general de la Presidencia, Bruno Pacheco, anunció que se niega a ser interrogado por la Comisión de Defensa del Parlamento y prefiere acogerse al derecho a guardar silencio y someterse a una indagación a cargo del Ministerio Público.
Pacheco coincidió con Ayala en desmentir a los exjefes militares, mientras el ministro de Justicia, Aníbal Torres, precisó que el presidente está facultado constitucionalmente a reemplazar a los más altos jefes militares sin dar explicaciones, por haberles retirado su confianza.
“El presidente y todos los militares saben que la confianza no se discute. Es algo que debe ser recibido con honor y (los relevados) deben (mantener) hasta el final con honor”, añadió Pacheco.
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