Berri señaló que el momento y la ubicación de los fuegos plantean una serie de preguntas que las autoridades judiciales y de seguridad deben responder.
A medida que las llamas destruyen áreas verdes, precisó, el Gobierno debía actuar y nombrar a guardias forestales alejados de las cuotas sectarias.
“Los incendios más peligrosos, y que no se pueden apagar, son los incendios sectarios en las mentes”, puntualizó.
jf/arc