Los integrantes del jurado -todos de piel blanca, excepto uno- deberán definir si los asesinatos fueron en legítima defensa o resultaron homicidios contra Joseph Rosenbaum, de 36 años, y Anthony Huber, de 26.
Igualmente, tendrán que pronunciarse acerca de si hubo intento de asesinato contra Gaige Grosskreutz, quien también fue agredido por el acusado en la noche del 25 de agosto, pero sobrevivió.
El joven de 18 años era aún menor de edad cuando disparó a las víctimas durante las manifestaciones contra el racismo y la brutalidad policial ocurridas en Kenosha luego de que dos agentes del orden tiraran contra el afroestadounidense Jacob Blake, quien quedó paralizado de la cintura hacia abajo.
Rittenhouse se declaró inocente y aseguró que solo disparó su arma después de ser atacado, mientras los fiscales argumentan que él provocó el conflicto por llevar un rifle semiautomático a la protesta.
La semana pasada durante el interrogatorio, el acusado se puso a llorar y admitió haber usado una fuerza letal, aunque negó haber tenido la intención de matar.
El juez Bruce Schroeder pareció ponerse del lado de la defensa durante la declaración de Rittenhouse, mientras su teléfono celular sonaba en medio de la sesión con God Bless the USA (Dios bendiga a Estados Unidos) como timbre de llamada, canción escuchada en los actos de campaña de Donald Trump, apuntó el sitio Democracy Now!.
Este caso revela tanto la problemática racial existente en la sociedad estadounidense como el dilema respecto al porte de armas de fuego, ambas cuestiones que generan tensión política en el país.
El juicio ha generado mucha expectativa y llevó al estado de Wisconsin a movilizar a 500 efectivos de la Guardia Nacional ante los posibles altercados que puedan ocurrir.
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