México, Argentina y Colombia se ubican entre los países más golpeados, mientras que Chile, Brasil y Perú, lograron reponerse, a tal punto de casi alcanzar sus niveles económicos de prepandemia, señaló ese organismo en su página web.
Para este momento, el Producto Interno Bruto de Brasil, Chile, México y Argentina, combinado, representa el 66 por ciento del PIB total de la región, una cifra bastante alta lograda gracias a las inversiones en estímulos fiscales para ayudar a su población desempleada.
Los que no, van rezagados y perdieron progreso potencial a futuro, punto en el que coinciden varios analistas y organismos especializados en este rubro.
Grupalmente, según el último informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) la región logró elevar su estimación de crecimiento promedio a 5,2 por ciento, cifra que denota un rebote desde la profunda contracción de 6,8 por ciento anotada en 2020 por los efectos adversos de la pandemia de la Covid-19.
Dicho documento explica que el avance en este año se debe, principalmente, a la baja base de comparación, además de los resultados positivos derivados de la demanda externa y el alza en los precios de los productos básicos (commodities) que exporta la región.
Para el 2022, el organismo señaló que si la región continúa con un ritmo constante de apertura, se puede esperar un crecimiento del 2,9 por ciento, aunque implicaría una desaceleración respecto al rebote del presente año.
Todas estas cifras, significó el SELA, pueden mejorar o empeorar de acuerdo a cómo continué la pandemia, y en especial el plan de vacunación de cada país, una tarea que ha ayudado al mundo entero a mejorar todas sus estadísticas.
La secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, aseguró que para cumplir esos planes de crecimiento además de acelerar los programas de inmunización, la región necesita políticas para una recuperación transformadora con énfasis en la inversión, la tecnología y la generación de empleos de calidad.
Otras acciones para avanzar hacia un nuevo modelo de desarrollo serían reestructurar los sistemas de salud y educación, universalizar un ingreso básico de emergencia, implementar bonos contra el hambre, asegurar el acceso a una canasta básica y fortalecer el apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas.
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