Queremos educar a las personas para que comprendan que las historias que todos aprendimos en la escuela sobre esta tradición no son más que mentiras, dijo a la agencia Associated Press Kisha James, miembro de las tribus aquinnah wampanoag y oglala lakota.
La festividad popular se remonta a principios del siglo XVII, cuando los peregrinos de Europa y los nativos norteamericanos se reunían para compartir la abundancia del otoño, una celebración de buena voluntad antes del genocidio que estaba por llegar.
Para nosotros, hoy es un día de luto -expresó James- porque recordamos a los millones de antepasados nuestros asesinados por los colonos europeos a quienes nadie invitó aquí.
Por esa razón, distintos grupos en Nueva Inglaterra conmemoraron la fecha, como mismo hacen desde el año 1970, como una jornada luctuosa para crear conciencia sobre el proceso histórico.
En el evento, que tuvo lugar en Massachusetts, los participantes tocaron tambores, ofrecieron oraciones y condenaron lo que los organizadores describen como «el sistema injusto basado en el racismo, el colonialismo, el sexismo, la homofobia y la destrucción de la Tierra con fines de lucro».
Brian Moskwetah Weeden, presidente del Consejo Tribal Mashpee Wampanoag, declaró a la Boston Public Radio a principios de esta semana que los estadounidenses le deben a su tribu una deuda de gratitud por ayudar a los peregrinos a sobrevivir a su primer invierno, pero eso no fue recíproco a largo plazo.
Para Weeden solamente habría que estar agradecidos por sus antepasados que ayudaron a los peregrinos a sobrevivir y jugaron un papel esencial en el nacimiento de esta nación.
El Día de Acción de Gracias se estableció de forma oficial como un feriado por el presidente Abraham Lincoln en octubre de 1863, en medio de la Guerra de Secesión (1861-1865).
oda/avr