“¿A qué se debe su pregunta? ¿Por qué voy a renunciar? ¿Quiere que renuncie a sacar (evacuar) a esta gente? ¿Quiere que se muera esta gente? ¿Quiere que los agricultores se mueran? ¿Quiere que los maestros se queden sin escuela?”, agregó Castillo.
El incidente se registró en la región norselvática de Amazonas, donde el mandatario permanece desde ayer coordinando la asistencia a los damnificados de un terremoto, en muchos casos aislados por la destrucción de carreteras y otros efectos del sismo.
El reportero, representante de una televisora de extrema derecha, sensacionalista y adversa al mandatario, lanzó la pregunta saliendo del contexto del sismo y la asistencia a los afectados, lo que al parecer indignó a Castillo.
Se produjo además en medio de una serie de reportajes periodísticos sobre reuniones nocturnas de Castillo con funcionarios y empresarios fuera del palacio de gobierno, que alentaron el intento de vacar (destituir) al gobernante.
Poco después, en Lima, los exjefes del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, José Cueto y Jorge Montoya, parlamentarios de derecha extrema, coincidieron en reclamar la renuncia de Castillo ante lo que muchos consideran operación mediática en su contra.
“La renuncia del Presidente sería el único acto moral de su desgobierno. Señor Presidente, renuncie”, escribió en Twitter Montoya quien, al igual que Cueto, no ha ocultado desde el inicio del gobierno el afán vacar al mandatario por alegatos anticomunistas.
Entretanto, la primera ministra, Mirtha Vásquez, consideró muy delicada la denuncia periodística y muy importante la transparencia en el gobierno y añadió que el mandatario ha declarado su disposición a que el asunto se investigue.
El ministro de Defensa, Juan Carrasco, admitió que se reunió con Castillo en el departamento que este ocupaba antes de instalarse en el palacio de Gobierno, para tratar temas que atañen a la defensa nacional, por lo que no pueden ser revelados.
Según el ministro de Salud, Hernando Cevallos, el presidente puede tener reuniones no públicas, con empresarios, organizaciones y con quien crea necesario y “ahí no hay ninguna cosa ilícita».
“No siempre las reuniones del presidente tienen que ser de carácter público. Hay sectores que quieren utilizar políticamente todo y desinformar para que la gente crea que tiene reuniones ilegales y eso no es así, de ninguna manera”, expresó.
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