Según el reporte anual con perspectivas económicas de OCDE, el Banco de Desarrollo de América Latina, la Comisión Europea y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), dichos obstáculos deberán ser atacados para elevar la calidad de vida y el bienestar de los ciudadanos.
A juicio de los especialistas, la baja productividad, la desigualdad, la debilidad de las instituciones y la amenaza a la sostenibilidad ambiental son impedimentos al crecimiento económico inclusivo regional.
El informe de unas 270 páginas enfatiza que la evolución de la pandemia seguirá determinando el comportamiento de la economía y se espera un incremento más lento en 2022, en tanto para este año se prevé un crecimiento de un seis por ciento para los países del área.
También plantea que Latinoamérica ha sido la zona más afectada del mundo en términos socioeconómicos y el Producto Interno Bruto per cápita no volverá a niveles anteriores a la crisis sanitaria hasta 2023 o 2024.
“La pandemia golpeó a la región en un momento en que ya enfrentaba las profundas trampas de desarrollo identificadas desde 2019″, redondeó el documento.
El contexto posterior a la Covid-19 debe aprovecharse como una oportunidad única para adoptar una estrategia multidimensional de desarrollo y redefinir las políticas nacionales mediante la creación de consenso entre los ciudadanos y la implementación de reformas pendientes, necesarias para impulsar la recuperación, precisó.
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