Al intervenir en el acto realizado en el Centro de Recepción de Identificación de la ciudad de Mitiliene, el sumo pontífice señaló que la pandemia de lka Covid-19 “nos hizo sentir a todos en la misma barca” y “lo que significa tener los mismos temores”.
Comprendimos que debemos enfrentar juntos las grandes cuestiones porque las soluciones fragmentadas son inadecuadas en el mundo de hoy, indicó Francisco.
Sin embargo, dijo, mientras estamos llevando adelante con trabajo las vacunaciones a nivel planetario y algo, a pesar de muchos retrasos e incertidumbres, parece moverse en la lucha contra el cambio climático, todo parece andar terriblemente oculto respecto a las migraciones.
En ese sentido, el pontífice advirtió que el futuro sólo será próspero a través de la reconciliación con los más débiles porque, puntualizó, cuando los pobres son rechazados se rechaza la paz.
Al recordar la visita realizada por él a Lesbos hace cinco años, apuntó que “después de todo este tiempo constatamos que poco ha cambiado sobre la cuestión migratoria”, aunque agradeció a voluntarios, instituciones, organizaciones y autoridades que contribuyeron a la acogida e integración de los migrantes.
Pero debemos admitir con amargura que este país, como otros, sigue bajo presión y que, en Europa, hay quienes persisten en tratar el problema como un asunto que no les corresponde.
A su regreso a esta capital, el papa celebró una misa en el “Megaron Concert Hall” y a continuación se trasladó a la Nunciatura Apostólica, donde recibió la visita de cortesía de Ieronymos II, arzobispo de Atenas y toda Grecia.
El sucesor de Pedro recibirá mañana al presidente del Parlamento, Konstantinos Tasoulas; y sostendrá un encuentro con jóvenes en la escuela San Dionisio, de las Hermanas Ursulinas, antes de la ceremonia de despedida en el aeropuerto internacional, desde donde regresará a Roma
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