Ante el Bundestag (Cámara Baja del Parlamento) Scholz jurará el cargo al que ascenderá tras la victoria de su partido en las elecciones legislativas de septiembre pasado.
Desde ese momento el ejecutivo germano estará conformado por una alianza inédita lograda mucho antes de lo previsto, por lo socialdemócratas del SPD con los verdes y los liberales.
El traspaso llevará al poder a las fuerzas de centroizquierda, algo que no ocurría desde el gobierno de Gerhard Schröder (1998-2005).
La saliente jefa de gobierno, con alta aceptación popular, visitó varios países el pasado mes en lo que constituyó su despedida internacional del alto cargo.
En Francia, a donde arribó el 3 de noviembre, Merkel fue acogida por el presidente Emmanuel Macron, en la ciudad de Beaune (centro), y recibió la insignia de la Gran Cruz de la Legión de Honor, el mayor reconocimiento al mérito que otorga ese país.
Antes, y por invitación del primer ministro Kyriakos Mitsotakis, visitó Grecia, nación muy afectada por las políticas de austeridad que rigieron sus relaciones con Berlín durante los 16 años de mandato de la saliente jefa del Gobierno.
Allí Merkel reconoció algunos «momentos difíciles» en los vínculos, pero destacó que siempre primó el diálogo.
El diario alemán Bild la consideró en su momento como «una de las mujeres más odiadas en la nación helena», mientras Mitsotakis dijo días atrás en Bruselas que “la política alemana hacia su país fue más allá de lo que la sociedad griega podía aguantar».
La presidenta helena, Ekaterina Sakellaropoulou, recibió también a Merkel con quien dialogó sobre temas relativos a las relaciones con Turquía, la migración y la situación en Libia.
Mientras eso ocurría, aquí tuvo lugar la primera sesión de la vigésima legislatura en el Bundestag, de la que emergió la diputada socialdemócrata Barbel Bas, como nueva líder, la tercera mujer en ascender ese cargo.
En tanto los dirigentes del entrante ejecutivo tripartito alemán lograron su objetivo de llegar a un acuerdo de coalición para entrar en funciones a principios de este mes.
Cerca de 300 negociadores, repartidos en 22 grupos, trabajaron por limar las diferencias que los distanciaban de ese objetivo, según portavoces de dichas fuerzas políticas.
Las desavenencias giraban en torno a la política fiscal y de empleo, ayudas sociales, digitalización y migración.
Esas negociaciones fueron las más cortas para formar coalición de las últimas legislaturas y ahora el nuevo ejecutivo deberá recorrer un camino que lo identifique y distinga de su antecesor.
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