La fuente señaló que la decisión también se aplica a trabajadores nativos de la Agencia de Cooperación Internacional de Japón, así como a sus familias.
La administración central añadió que la medida responde a motivos humanitarios, a la luz del empeoramiento de la situación en Afganistán, gobernado por el movimiento Talibán desde agosto pasado.
Japón prohibió nuevas entradas de extranjeros desde el 30 de noviembre último como medida contra la variante Ómicron del coronavirus SARS Cov-2, y también endureció los criterios que permiten la entrada de extranjeros al país en función de circunstancias excepcionales.
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