Evidentemente reconfortado por la derrota, anoche, de una moción de la derecha extrema que planteaba su vacancia (destitución), el mandatario recibió a los jóvenes en el Palacio de Gobierno, escuchó sus preocupaciones y ofreció su apoyo a la mejora de la educación superior.
“Como profesor puedo decir que conozco esos problemas y afirmar que muchos son históricos. Durante años se ha hablado de temas laborales y de infraestructura, sin soluciones, pero esto tiene que acabarse”, aseveró al anunciar que volverá a recibirlos.
Pidió a sus visitantes convocar a los centros de altos estudios de esta nación para hacer un evento nacional que permita escuchar la voz de todos los estudiantes y apuntó que “ninguna universidad debe quedar fuera”.
En la reunión participaron dirigentes de las federaciones de estudiantes de las estatales universidades Mayor de San Marcos, la principal del país, la Nacional Agraria y la Nacional de Ingeniería, así como de la Pontificia Universidad Católica.
También representantes del Centro Federado de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle, conocida como La Cantuta y acusada durante décadas de ser un foco subversivo.
La Cantuta sufrió hace casi 30 años el secuestro y muerte de un profesor y 10 alumnos a manos de un destacamento clandestino del Ejército.
En el diálogo con Castillo participaron igualmente dirigentes estudiantiles de las universidades privadas Ruíz de Montoya, César Vallejo y San Martín de Porres, entre otras.
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