Así lo confirmó la portavoz presidencial Jen Psaki, quien dijo que aún preparan detalles específicos, por lo cual no puede informar aún sobre los planes para esa jornada.
El 6 de enero, una multitud de seguidores de Trump irrumpió en la sede del Congreso con el fin de anular los resultados de las elecciones presidenciales que dieron como ganador al demócrata Joe Biden.
Durante el asalto, alentado por los insistentes reclamos del entonces ocupante del Despacho Oval, Donald Trump, sobre un presunto fraude electoral, murieron cinco personas, entre ellas, un oficial de seguridad del complejo.
Docenas de personas han sido procesadas por participar en los actos violentos y un comité de la Cámara de Representantes investiga la posible implicación del expresidente Trump en los sucesos.
Este martes la Cámara Baja prevé decidir si procesa por desacato a Mark Meadows, jefe de personal de la Casa Blanca del exgobernante republicano por negarse a continuar colaborando con la comisión, en línea con la directiva de Trump de obstaculizar la investigación.
A partir de un conjunto de unos nueve mil documentos que Meadows entregó antes de interrumpir su cooperación, surgió una imagen más clara sobre el alcance de su participación en los intentos del exmandatario de utilizar el gobierno para invalidar los resultados de las elecciones.
Tras los mensajes revelados en los que varias personas sugerían a Meadows un pronunciamiento de Trump para detener el ataque, Psaki lamentó cuán “decepcionante” era que las mismas personas dispuestas a advertir, condenar y expresar su horror por lo sucedido guardaran silencio o difundieran mentiras.
Por otro lado, el fiscal general Karl Racine, de Washington D.C., presentó hoy una demanda federal contra los grupos de extrema derecha Proud Boys y Oath Keepers por su papel en el ataque del 6 de enero.
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