Las imágenes de ese día vergonzoso y despreciable nunca se podrán borrar, afirmó el fiscal general de Washington D.C. Karl Racine, responsable de la denuncia, en una conferencia de prensa este martes.
Racine comparó lo ocurrido con los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, “pero esta vez, nuestros propios ciudadanos estaban empeñados en destruir las libertades y los ideales sobre los que se fundó este país y que sigue aspirando a lograr”.
El documento acusatorio de 84 páginas, que también menciona a decenas de personas implicadas, alega violaciones de las leyes locales y federales, incluido un estatuto derivado de la Ley Ku Klux Klan de 1871 sobre conspiraciones violentas.
Esta demanda sigue a otros litigios similares presentados ante la justicia contra esos dos colectivos de extre,a derecha, pero en el caso de Racine no menciona al expresidente Donald Trump y sus aliados como participantes en la conspiración, sino que se limita a acusar a los grupos y a docenas de sus principales miembros.
Anteriormente, los líderes de Proud Boys y Oath Keepers fueron citados para presentarse ante el comité de la Cámara de Representantes que investiga el ataque al Capitolio.
El 6 de enero, una multitud de seguidores de Trump irrumpió en la sede del Congreso con el fin de anular los resultados de las elecciones presidenciales que dieron como ganador al demócrata Joe Biden.
Durante el asalto, alentado por los insistentes reclamos del entonces ocupante del Despacho Oval sobre un presunto fraude electoral, murieron cinco personas, entre ellas, un oficial de seguridad del complejo.
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