Nueve de cada 100 trabajadores en este país gana su salario en libras libanesas a razón del cambio oficial de mil 500 por billete verde, de ahí que el valor de los sueldos sea casi nada.
Se trata de la devaluación más alta desde el inicio de la crisis económica iniciada a finales de 2019, a la cual la percepción popular y de los analistas no ve solución a corto ni mediano plazo.
Líbano atraviesa la peor crisis económica y financiera en décadas, porque, junto al colapso de su moneda nacional frente al dólar, se registra una aguda escasez energética con apagones diarios de 20 y más horas.
Además, los productos de la canasta básica aumentaron al punto que más 80 por ciento de los ciudadanos cayó por debajo del umbral de la pobreza, según informes de organismos internacionales.
Los precios de los alimentos, las medicinas y el combustible están en un nivel inalcanzable para la inmensa mayoría de la población y en especial después que el Gobierno levantó los subsidios a numerosos artículos de primera necesidad.
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