El grupo exparamilitar impugnó los resultados de los comicios parlamentarios del 10 de octubre último, en los cuales perdió 33 escaños.
Por ley, el juez Jassem Mohamed Aboud a cargo del caso debe pronunciarse antes de la instalación del próximo Parlamento.
La alianza Sairoon, del clérigo musulmán chiita Moqtada Sadr, fue declarada el 30 de noviembre ganadora del ejercicio con la obtención de 73 curules de los 329 puestos en disputa, muy alejada de los conquistados por la coalición al Fatah (Conquista).
Los jefes de al Hashd al Shaabi alegan que hay manipulación en el sufragio, tras solo sumar 15 puestos de los 48 que poseía.
Según la directiva de al Fatah, el sistema de votación electrónica no reconoció huellas dactilares de muchos votantes.
También protestó por supuestos fallos de una moderna máquina electrónica utilizada para contar las papeletas.
La representante especial de la ONU para Iraq, Jeanine Hennis, afirmó que hasta el momento no hay evidencia alguna de fraude.
Después del fallo final sobre las elecciones, el Parlamento celebrará su sesión inaugural y elegirá un presidente, quien a su vez nombrará a un primer ministro que requiere la aprobación de los diputados.
Ese proceso suele ser complicado y dilatarse por las negociaciones entre las diversas confesiones y etnias que forman el país árabe.
mem/arc