El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, confirmó en declaraciones este martes desde la Casa Blanca la implementación del plan para repartir a partir de enero 500 millones de pruebas diagnósticas gratuitas y el despliegue de recursos federales para el sector de la salud.
El mandatario descartó cierres y cuarentenas, pero insistió en los beneficios de la vacunación y las dosis de refuerzo al tiempo que intentó tranquilizar a la ciudadanía al afirmar: Todos deberíamos estar preocupados por Ómicron, pero no entrar en pánico.
La administración de Biden ha enfatizado el aumento de los test diagnósticos como uno de los pilares de su respuesta a la pandemia, pero recibe críticas por el elevado costo de los exámenes para detectar la Covid-19, que tienen un valor aproximado de 25 dólares.
Los funcionarios de salud temen que la variante Ómicron pueda hacer colapsar los centros asistenciales en el país, donde ya la más reciente versión del virus es responsable del 73 por ciento de los nuevos casos, según indicaron los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Ante ese panorama, la administración prevé desplegar mil médicos militares, enfermeras, paramédicos en los centros médicos que estuvieron sobrecargados en enero y febrero según sea necesario, según informó la Casa Blanca.
Estas acciones se producen en un momento complejo para Biden, quien cumplió la promesa de frenar la pandemia, y ahora la Covid-19 cobra la vida de más de mil estadounidenses todos los días y se propaga a una velocidad asombrosa.
Estados Unidos es la nación con las peores cifras a nivel global desde que en marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud declaró como pandemia a la Covid-19.
Desde entonces murieron aquí más de 800 mil personas.
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