El nuevo rostro de un parque asociado antaño a prácticas como el «canopy» y el senderismo se vincula ahora al surf y otros deportes extremos que afianzan al litoral salvadoreño como destino para los amantes de la aventura.
Enclavado en una reserva natural que reúne al siete por ciento de la capa vegetal del país, el parque Deininger apuesta además por la educación ambiental, con guías capacitados e infraestructura de primer nivel.
«La Libertad sigue sumando espacios de primer nivel para las familias salvadoreñas», declaró la ministra salvadoreña de Turismo, Morena Valdez, al referirse al despegue del sector en dicho departamento.
Apenas siete de las casi 740 hectáreas del parque fueron intervenidas para ofrecer al público áreas de acceso y picnic, instalaciones administrativas y zonas de recreo infantil, para garantizar la protección del ecosistema.
Bautizado en honor del filántropo Walter Thilo Deininger (1891-1968), este centro es un Área Natural Protegida dentro de los 21 kilómetros de zona turística de interés nacional intervenidos con la estrategia «Surf City».
Con una inversión de 2,8 millones de dólares, el parque espera recibir a unos 22 mil visitantes al mes, sin descuidar los estándares de conservación de la riqueza natural en equilibrio con el turismo.
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