El más reciente boletín de la dirección nacional de Salud Pública notificó este martes tres mil 90 nuevos contagios en 24 horas, de los cuales dos mil 104 correspondieron a diagnósticos en la provincia de Luanda.
En declaraciones a la prensa, la ministra del sector, Sílvia Lutucuta, consideró que el panorama en la capital del país es preocupante, teniendo en cuenta los resultados de los test masivos con carácter aleatorio en varios sitios públicos de alta concurrencia.
La titular reiteró el llamado a la población a cumplir las medidas de bioseguridad, sobre todo las inherentes a la protección individual, pues la variante Ómicron del coronavirus SARS-CoV2, causante de la Covid-19, supone mayores riesgos de contaminación.
De acuerdo con el parte institucional, casi 7,7 millones de angoleños recibieron una primera dosis de vacuna antiCovid-19, equivalente al 48,75 por ciento del universo previsto.
Sin embargo, apenas unos 3,9 millones de individuos completaron el esquema de inmnunización, lo que representa el 24,93 por ciento de la población contemplada en la campaña nacional de vacunación contra la enfermedad.
La doctora Lutucuta remarcó la importancia de las vacunas en el enfrentamiento de la pandemia y, en particular, para evitar manifestaciones graves de la dolencia que puedan conducir a la muerte de los pacientes.
Resultados preliminares de las pruebas masivas en Luanda, iniciadas el pasado lunes, arrojaron un saldo de 25 casos positivos por cada 100 personas, corroboró la funcionaria, al considerar el peligro de la circulación comunitaria del coronavirus SARS-CoV2.
El estudio, señaló, debe arrojar nuevas luces sobre la situación epidemiológica en la provincia, considerada el epicentro de la pandemia a escala nacional.
Interesa saber cuáles son los grupos de población más afectados, estimar el comportamiento de las infecciones asintomáticas, así como la incidencia de la enfermedad en personas vacunadas y con patologías crónicas, detalló.
Durante las últimas dos semanas, el número de casos diarios en Angola está situado en los cuatro dígitos, lo que a juicio de las autoridades constituye el mayor ritmo de propagación de la Covid-19 desde su detección aquí en marzo de 2020.
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