Alrededor de 500 personas presentan la variante altamente transmisible en el país, según los informes.
El alza de casos aumentó la preocupación de la población por un posible resurgimiento de las infecciones por la Covid-19 durante y después del fin de año y en el período de vacaciones de Año Nuevo y su impacto en el sistema médico.
La mayoría de los casos de Ómicron se detectaron en cuarentena, pero la propagación comunitaria de la variante también se informó en áreas urbanas, incluidas Tokio y Osaka.
El primer ministro, Fumio Kishida, pidió al pueblo tomar precauciones adicionales para evitar la propagación de la pandemia a medida que las personas comienzan a viajar por Japón durante el período festivo.
Los casos diarios de coronavirus en Japón disminuyeron desde que alcanzaron un pico de más de 25 mil en el verano pasado, sin embargo, persiste la preocupación por un posible resurgimiento durante el invierno.
El pasado miércoles el recuento nacional se situó en 502 casos, superando los 500 por primera vez en más de dos meses.
Para los viajes internacionales, el Gobierno implementó estrictos controles fronterizos desde el 30 de noviembre y endureció las medidas de cuarentena para ciudadanos y residentes extranjeros que estuviesen recientemente en determinados países o regiones.
Kishida expresó que decidirá si flexibiliza las medidas de control fronterizo de acuerdo con la situación de infección en el período de fin de año y Año Nuevo.
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