Marcia Brito, directora de la prestigiosa institución, consideró que el inmueble ha tenido momentos excepcionales en su recorrido, el primero de ellos cuando se concibe la idea de trasladarla de su original sitio en la localidad de Sagua la Grande.
“Es el instante en que el doctor francés Ernesto Triolet y su homólogo cubano Juan Fermín de Figueroa, resolvieron su creación en Matanzas. Habían visitado una exposición abierta en el estadio Palmar de Junco y decidieron trasladarla e inaugurarla aquí en 1882”, indicó.
Según Brito, el segundo momento fue cuando se convirtió en el primer Museo Farmacéutico de Latinoamérica.
“Sucedió cuando los negocios particulares en Cuba pasaron al Estado, y los matanceros y la familia Triolet-Figueroa en particular, concluyeron que no se convirtiera en una simple farmacia, sino en Patrimonio Cultural».
Los valores museables que atesora, añadió la especialista, representan el devenir histórico de las Ciencias Médico-Farmacéuticas durante los siglos XIX y XX.
“Realmente, la Botica Francesa celebra sus 140 años con una imagen hermosa, debido al proceso de restauración y de conservación, porque no se cambió ni una sola viga, ni siquiera las estanterías. Posee en la forma original de su estructura más del 98 por ciento y se protegió su particular belleza y línea organizativa”, especificó.
“Ahora trabajamos para conquistar un tercer instante de esplendor y es cuando logremos que sea declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad”, acotó.
Brito significó que la obtención del Premio de Conservación en el 2021 convierte al Museo Farmacéutico de Matanzas en la única institución en Cuba que ostenta los dos galardones que otorga el Consejo Nacional de Patrimonio a Monumentos, pues con anterioridad mereció el de Restauración en el 2008.
“Constituye un verdadero orgullo contar con este valioso exponente, para la Atenas de Cuba (como se nombra a Matanzas) y la cultura nacional”, añadió.
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