Por el momento, cientos de casas se quemaron y no se han reportado muertes o desaparecidos, aunque las autoridades locales no descartan la posibilidad de encontrar víctimas.
El gobernador demócrata Jared Polis declaró el estado de emergencia en la zona e informó que el siniestro se extendió a mil 600 acres (647 hectáreas) en pocas horas en medio de vientos de 160 kilómetros por hora.
Esta mañana, Polis confirmó que un agente de policía resultó herido por los escombros de una estructura que colapsó a causa de las llamas.
El fuego consumió longitudes de campo de fútbol en segundos, dijo Pelle y añadió que este fue el evento más horrible presenciado por los habitantes de Colorado en la última década.
A las 17:00, hora local, las llamas incineraron toda una subdivisión de 370 casas en Superior y probablemente destruyó otras 210 en el barrio del casco antiguo de la comunidad.
Un hotel se quemó, un centro comercial está aún en llamas y el fuego está a unas manzanas de un hospital, alertó el gobernador.
Un video difundido por la emisora KUSA de Denver, afiliada a la NBC, mostró enormes llamas arrasando una subdivisión de Superior de docenas de viviendas.
En Louisville, la emisora registró varios hogares más consumidos por el fuego, que inició este jueves cerca de las 11:00, hora local, después de que unos cables eléctricos derribados iniciaran una llamarada al sur de Boulder.
El siniestro se extendió rápidamente por las ciudades de Louisville y Superior, dijo el sheriff del condado de Boulder, Joe Pelle, durante una conferencia de prensa.
Un segundo incendio al norte de Boulder también se encendió el jueves por la mañana, aunque los bomberos lo extinguieron rápidamente, precisó.
Las condiciones provocaron el cierre de carreteras y cientos de cortes de energía, mientras los vientos derribaron múltiples «vehículos de alto perfil», indicó la Patrulla del Estado de Colorado en su cuenta oficial de Twitter.
Se trata del incendio más destructivo en la historia del estado, de acuerdo con expertos y la prensa local.
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