En un encuentro este martes con el equipo de la Casa Blanca de respuesta a la pandemia y funcionarios de salud pública, el mandatario reconoció que la presencia de las píldoras en farmacias y centros de salud demoraría, pues la producción tarda entre seis y ocho meses.
Inicialmente, la administración pagó cinco mil millones de dólares a Pfizer para comprar 10 millones de fármacos y ahora el gobernante duplicó el pedido para disminuir las hospitalizaciones y muerte de los infectados.
Igualmente, el jefe del ejecutivo estadounidense reiteró el llamado a la vacunación contra el coronavirus SARS-CoV-2, cuya variante Ómicron se expande por toda la nación y es responsable del 95 por ciento de los contagios.
A pesar del contexto sanitario, Biden abogó por mantener las escuelas abiertas y mantener las medidas sanitarias conjuntamente con la inmunización y su refuerzo.
Estados Unidos reportó más de un millón de enfermos en la jornada de hoy, mientras en algunos estados los hospitales están al límite, como Maryland, donde el gobernador, Larry Hogan, declaró el estado de emergencia
Actualmente, solo el 66 por ciento de los estadounidenses adultos están completamente vacunados y aproximadamente un tercio ha recibido una dosis de refuerzo, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
La administración ha enfrentado críticas en las últimas semanas debido a la escasez de pruebas diagnósticas, aunque el mandatario reiteró su intención de distribuir 500 millones de test de forma gratuita a partir de este mes.
Biden disfrutó de altas calificaciones por su manejo de la pandemia al comienzo de su presidencia, pero encuestas recientes evidencian que el apoyo ha disminuido al 56 por ciento, como mostró el sondeo de CNBC-Change Research.
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