El pasado año fue récord para el flujo de efectivo hacia el fondo climático de Alemania, creado para fomentar las energías sostenibles.
Esto se debió, sobre todo, al aumento de los ingresos por el nuevo sistema de precios del CO2 en este país, que entró en vigor hace un año y aportó siete mil 200 millones de euros, según las autoridades.
Por su parte, los ingresos por la venta de derechos en el comercio europeo de emisiones se duplicaron, pasando de dos mil 700 millones en 2020 a cinco mil 300 millones.
Las tasas al CO2 pretenden desalentar la quema de combustibles fósiles, que contribuye al calentamiento global.
El dinero recaudado se destina al Fondo Alemán para la Energía y el Clima, que se utiliza para promover proyectos sostenibles para el medio ambiente.
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