Ubicado en la provincia de Cienfuegos, en la Sierra del Escambray, se trata de un enclave muy particular, recodo de descanso en las caminatas por ese verde paraje.
El Nicho es un terreno del Parque Natural Topes de Collantes, y su nombre proviene de una cascada de aguas cristalinas que hay en el río Hanabanilla.
Para llegar hasta la caída hay que recorrer un sendero natural de algo más de un kilómetro conocido como el Reino de las Aguas, por el que se puede apreciar exuberante fauna y flora, como tocororos y palmiches.
Para descansar del paseo, en ese lugar de curioso nombre, aparecen piscinas naturales y la bautizada como Poceta de los enamorados. Además, hay numerosas cuevas en el entorno.
Después del intenso día en la naturaleza se recuperan fuerzas en el restaurante estilo ranchón, donde se degustan platos de esa región campesina.
Para más especificación, El Nicho se encuentra atravesando la Sierra del Escambray, a 30 kilómetros de Topes de Collantes y a solo dos del lago Hanabanilla.
Forma parte del Refugio de Fauna Laguna de Guanaroca-Yaguanabo-El Nicho, ubicado en el Parque Guanayara, perteneciente al macizo montañoso de Guamuhaya (conocido también como Sierra del Escambray) en la mencionada Cienfuegos.
Es sitio de nidos de flamencos y otras aves marinas, existen residuos aborígenes, es sede de leyendas de corsarios y piratas, y es también donde está la Cueva Martín Infierno, Monumento Nacional y poseedora de la estalagmita más grande de Latinoamérica con 67 metros de altura.
Constituye el límite norte del área protegida Pico San Juan, espacio natural excepcional, que posee especies únicas en el país, además de contar con ricos accidentes topográficos y formaciones tanto vegetales como geomorfológicas que le otorgan a la zona protagonismo.
La parte de la Sierra del Escambray que corresponde a Cienfuegos es la zona más rica desde el punto de vista de los paisajes, por la variedad, entre los que alternan montañas con bosques o valles, y hasta áreas costeras.
Ese escenario es perfecto para fotografías, donde la sierra termina casi en el mar, singularidad solo vista en Cuba en el sur de la Sierra Maestra, en el oriente.
Precisamente, en este lugar se encuentran las cascadas del arroyo El Negro, donde el agua se despeña desde más de 30 metros y se impacta contra las rocas, formando torbellinos de espuma que dan al ambiente una persistente neblina.
Diversidad de helechos y orquídeas entre otras plantas encuentra el caminante en la zona, por el sendero entre el bosque de galería bien conservado, aproximadamente a 400 metros, hacia la entrada de la cueva El Calvo, donde nace el arroyo El Negro.
En resumen, se trata de un panorama perfecto para el senderista, con los contrastes que muchas personas en el mundo quieren disfrutar.
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