Usuarios enojados por los apagones diarios de más de 20 horas, irrumpieron en una instalación en una zona del norte capitalino y desconectaron un transformador que dejó en apagón a todo el país.
Derivado de tal acción, los propietarios de generadores privados asumieron la falta de energía, aunque a expensas de una subida de los precios ya de por sí altos ante la eliminación gradual de los subsidios a los combustibles.
Las estadísticas reflejan que una factura promedio para ese servicio cuesta más que el salario mínimo mensual de 675 mil libras libanesas, equivalente unos 22 dólares estadounidenses, al cambio extraoficial de la actualidad.
Una de las exigencias de la comunidad internacional contempla una reforma total del ruinoso sector energético en Líbano que gastó unos dos mil 100 millones de dólares al año desde el final de la guerra civil de 1975-1990.
En ciernes hay un acuerdo para llevar electricidad a Líbano desde Jordania y gas desde Egipto a través de Siria, pero al estar esta última bajo medidas de bloqueo estadounidense, se necesita un permiso que Washington aun no acaba de dar.
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