Acompañado por miembros de su gabinete, sobrevivientes y familiares de las fallecidos, el mandatario colocó una ofrenda floral ante el Monumento a los Mártires, en el Centro de Capacitación Ascanio Arosemena del Canal de Panamá, donde se encuentra también la “Llama Eterna”, en memoria de los 21 caídos en la lucha por la soberanía nacional.
Antes en su cuenta en la red social Twitter, Cortizo calificó los hechos como “una de las luchas más valientes de la historia de nuestra patria. Mantengamos la Llama Eterna encendida en cada uno de nosotros, honrando el legado de nuestros mártires unidos, bajo una sola bandera”.
En la solemne ceremonia usó de la palabra Luis Navas, dirigente popular y académico de la Universidad de Panamá, quien estimó que la gesta trascendió porque impactó en la conciencia nacional y la del mundo y alabó la conducta del entonces jefe de Estado, Roberto Chiari, quien decidió romper relaciones diplomáticas con Estados Unidos.
Asimismo Chari acusó a Washington de agresión ante la ONU y la Organización de Estados Americanos(OEA), recordó.
El exdiputado, profesor y director del Instituto del Canal, señaló que también este año, en septiembre, se celebrarán los 45 años de la firma de los tratados Torrijos-Carter, sobre la devolución al país de la ruta interoceánica y que puso fin a la presencia colonial estadounidense.
Esa cita, dijo, debe dar lugar a que intentemos reencontrarnos en la búsqueda de objetivos compartidos frente a los nuevos retos como nación, para lo cual una plataforma es el reciente Pacto del Bicentenario Cerrando Brechas.
Desde hace 58 años, Panamá rinde tributo a un grupo de estudiantes del Instituto Nacional que llegaron de forma pacífica hasta la Escuela de Balboa de la Zona del Canal, para reclamar la izada de la bandera nacional, tal como había sido acordado entre las autoridades de ambos países.
Sin embargo, los jóvenes fueron atacados y la bandera que portaban fue desgarrada, lo que generó protestas en todo el país, que luego de tres días de enfrentamientos entre panameños y militares norteamericanos, que arrebataron la vida a 21 nacionales.
La fecha, vista por estudiosos, marca un antes y un después en la historia del Istmo y sus reclamos de soberanía, gracias al gesto patriótico de estudiantes y pueblo unidos, al luchar por izar su insignia en la antigua Zona del Canal, entonces territorio norteamericano.
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