El comisionado general de las fuerzas del orden, Gerzon Velásquez, argumentó que la presencia de dignatarios de alto perfil en la ceremonia de investidura requerirá de condiciones especiales, de ahí el despliegue de más de siete mil hombres y mujeres solo para la seguridad en los momentos previos, durante y la despedida.
“Garantizaremos la circulación y el transporte de todos los invitados especiales convocados por los organizadores desde el interior del país y desde Tegucigalpa hacia los diferentes sitios establecidos y a disposición de los usuarios para el disfrute del evento”, puntualizó.
Velásquez detalló que solo resta la confirmación de los presidentes y misiones internacionales y, si bien es un acto abierto al público, tendrá cupos limitados por la infraestructura del Estadio Nacional y para evitar la propagación del virus SARS-Cov-2.
En días pasados, el equipo de traspaso analizó la disminución del número de asistentes a la investidura presidencial ante el aumento de casos de Covid-19 y la circulación de la nueva variante Ómicron en el país centroamericano y recomendó la permanencia en las casas de los ciudadanos aún sin vacunar.
Jari Dixon, líder de esa comisión, precisó que todos los elementos de las Fuerzas Armadas asumieron cambios en el símbolo mayor del monograma de su uniforme y del estandarte en las unidades militares, bases aéreas y navales, en cumplimiento del decreto legislativo.
El jefe del Estado Mayor Conjunto Contralmirante, José Fortín, determinó la sustitución de los pabellones instalados en las instituciones militares, tras el anuncio de Castro de retomar en su toma de posesión el color turquesa original de la bandera, como establece la Constitución de la República.
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