La secretaria ejecutiva del organismo, Alicia Bárcena, señaló que el área inició 2022 más endeudada, pobre y enojada, pero las transformaciones actuales pueden ser oportunidades para reducir la evasión fiscal, eliminar paraísos fiscales y flujos financieros ilícitos, problemas acuciantes de su economía.
Al intervenir en el coloquio La revolución fiscal de Biden. ¿Qué consecuencias tendrá para Europa y América Latina?, organizado por las españolas Fundación Alternativas y Casa de América, Bárcena significó la importancia de la actuación conjunta.
“No estamos actuando con una sola voz. Ante los temas globales, la región debe tener una posición mucho más clara y unificada”, insistió la secretaria ejecutiva según la cuenta de Twitter de la comisión.
En sus palabras la directiva abordó las asimetrías entre países desarrollados y en desarrollo, las cuales se profundizaron durante la pandemia de Covid-19, y alertó que los estímulos fiscales aplicados en América Latina y el Caribe son más bien para aliviar la crisis y no tanto para la reconstrucción.
Al respecto comentó que la zona no ha entrado en la fase de recuperación y de planificación estratégica, lo cual calificó de muy preocupante.
Bárcena apuntó a la evasión fiscal de las multinacionales como uno de los principales problemas de Latinoamérica, que tiene pérdidas anuales de 40 mil millones de dólares por esta causa.
Asimismo, subrayó lo perjudicial de las asimetrías y de la cultura del privilegio, que a nivel internacional favorece a quienes más recursos tienen, pues “los ganadores de siempre reciben los beneficios”.
Precisó que la propuesta de redistribución tributaria solo se aplica a las empresas grandes con facturación superior a los 22 mil millones de dólares, de modo que existen muchas tareas pendientes y una de ellas es vencer dicha cultura del privilegio que fomenta la evasión.
Este fenómeno alcanza actualmente el 6,1 por ciento del producto interno bruto, de acuerdo con la Cepal, por lo que se requiere de una nueva generación de políticas tributarias que mejoren el nivel de recaudación y su composición.
América Latina y el Caribe es la región con menor nivel de inversión en el mundo, con un 19 por ciento, cuando el resto está en el entorno del 26, resaltó Bárcena.
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