Miles de pescadores del puerto pesquero de Ancón, en el norte de Lima y uno de los más afectados por el derrame, marcharon por las calles del municipio del mismo nombre en demanda de que la empresa asuma sus responsabilidades y los indemnice por el daño a las playas, el mar, la fauna y la flora que les impedirá ganarse la vida por mucho tiempo, por la contaminación.
Además, un grupo de ambientalistas realizaron plantones ante la Embajada de España en Perú y ante las oficinas de Repsol en Lima, exigiendo que la transnacional ibérica cumpla sus obligaciones con el país y con ellos.
Al mismo tiempo, el experto en descontaminación ambiental Marino Morikawa advirtió que si no se actúa con celeridad, la mancha negra, que ha avanzado hacia mar afuera y cientos de kilómetros, podría llegar hasta la región de Piura, a mil kilómetros al norte de aquí.
Por su parte, la embajada española emitió un comunicado en el que lamenta lo que llama “triste accidente”, sin pronunciarse sobre las responsabilidades de Repsol.
Más drástico fue el ministro del Ambiente Manuel Pulgar Vidal, quien aseveró que el derrame es el mayor desastre ambiental petrolero de la historia, pues en los últimos 20 años hubo más de nueve mil derrames de un total de nueve mil 743 barriles de crudo, y en el reciente fueron seis mil barriles de una sola vez.
El especialista descartó la validez de que el desastre fue causado por un oleaje anómalo, consecuencia de la erupción de un volcán submarino en Tonga, y añadió que Repsol “ha demostrado un nivel de irresponsabilidad absoluto y un altísimo nivel de incompetencia”.
La empresa demoró muchas horas en notificar lo sucedido a las autoridades y en ese informe indicó que se trató de un derrame de siete galones, y ha intentado culpar a la Marina por no informarle de la braveza del mar.
Sin embargo, según el portal ambientalista Sudor, la empresa había asegurado años atrás que desde 2019 estaría en condiciones de descargar petróleo para la refinería de La Pampilla, operada por Repsol, incluso con olas de tres metros y medio de alto.
Además, deportistas que participaban en una competencia de botes a vela entre el vecino puerto del Callao fueron testigos de que a la hora del derrame no hubo oleaje anómalo alguno y uno de ellos, Alec Hughes, lo declaró a la prensa local.
Hughes indicó que aproximadamente a la hora del derrame, causado por la rotura de una válvula de desembarco del crudo escuchó dos fuertes ruidos, como de explosiones, provenientes del buque tanque Mare Dorictum, protagonista del derrame.
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