Según la televisora Sky News, un detective de Scotland Yard, como se le conoce popularmente al cuerpo policial londinense, se entrevistará la semana próxima con el legislador William Wragg.
El legislador del partido gobernante declaró el jueves ante el Comité de Asuntos Constitucionales y Administración Pública del Parlamento que algunos de sus correligionarios están siendo presionados e intimidados por su deseo declarado, o supuesto, de someter a Johnson a un voto de confianza.
Wragg es uno de los miembros de la bancada conservadora que pidió la renuncia de Johnson luego del escándalo desatado por revelaciones de que los asesores y ayudantes del primer ministro celebraron fiestas en la residencia oficial en momentos en que el país estaba bajo una estricta cuarentena por la Covid-19.
Las escandalosas revelaciones desataron una tormenta dentro de las filas conservadoras, con al menos una docena de diputados que piden la dimisión del primer ministro, otro que se pasó a los laboristas en señal de desacuerdo, y uno que le pidió ayer directamente a Johnson en el Parlamento que se marchara «en el nombre de Dios.»
Johnson alega que es necesario esperar por las conclusiones de una investigación interna que el mismo ordenó sobre las supuestas violaciones de las medidas de la cuarentena en Downing Street.
Las reglas del partido establecen que, si 54 de los 360 legisladores conservadores informan por escrito al llamado Comité 1922 que no confían en su gobernante, entonces se convocaría a una votación secreta.
De no conseguir el apoyo de la mitad más uno de sus correligionarios (181 votos), el primer ministro tendría que renunciar y se abriría un concurso interno de liderazgo para escoger a su sustituto.
Hasta el momento se desconoce la cantidad de legisladores que han escrito al poderoso comité partidista para dejar constancia escrita de su desconfianza en Johnson.
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