Durante su discurso de toma de posesión, la ganadora de los comicios generales del 28 de noviembre último mencionó una posible reestructuración de esos compromisos, los cuales ascienden a cerca de 17 mil millones de dólares, cifra considerada como una asfixia para las finanzas estatales.
Datos aportados por el Banco Central de Honduras (BCH), muestran que hasta diciembre de 2021 el gobierno de Juan Orlando Hernández acumuló una deuda externa pública de nueve mil 250 millones de dólares, 137 millones más que en 2020.
La historia refleja que, en 2005, tras una intensa campaña de los ejecutivos de Carlos Flores y Ricardo Maduro y el apoyo internacional, el país logró una condonación de 60 por ciento de las obligaciones con organismos de crédito y naciones amigas, en ese momento estimada en cinco mil millones de dólares.
Otra cifra preocupante es la deuda interna pública, reportada en noviembre último en más de siete mil 500 millones de dólares, de ahí que la mandataria señalara ante la comunidad mundial y durante su acto de investidura el 27 de enero último, las condiciones de bancarrota del estado.
“Mi gobierno no continuará la vorágine de saqueo que ha condenado a las generaciones más jóvenes a pagar la deuda contraída a sus espaldas. Tenemos el derecho a refundarnos sobre valores soberanos, no sobre la usura y el agiotaje”, expresó Castro desde el Estadio Nacional de Tegucigalpa.
En su discurso, la representante del Partido Libertad y Refundación (Libre) subrayó que de 2009 a 2022, los altos dígitos del endeudamiento, el pago de intereses y de capital consumen actualmente el 50 por ciento de los ingresos del Presupuesto General de la República.
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