Este comportamiento se asocia a la recesión económica que afecta al país, agravada por la circulación de la nueva variante del SARS-CoV-2, mucho más contagiosa que la Delta, de acuerdo con una encuesta de la Oficina de Estadísticas Laborales.
En el sondeo, cuyos resultados fueron publicados hoy por medios locales, los empleadores aseguraron tener más de 10,9 millones de vacantes, muy por encima de las medias anteriores a la pandemia.
Muchos padres debieron dejar sus empleos debido al cierre de escuelas y guarderías ante los crecientes casos de la enfermedad provocada por el SARS-CoV-2.
Además, los empleados se enfrentaron a brotes repentinos en los centros de trabajo, muchos de ellos con escasa protección de seguridad social y sin medidas para controlar el contagio en las instalaciones.
La nueva mutación, que evade la vacunas, hizo tambalear la confianza de la nación en un futuro sin coronavirus, lo que también magnificó el deseo de muchos de abandonar su empleo, explicó la Oficina en un informe.
Al menos cuatro millones de trabajadores renunciaron cada mes durante la segunda mitad de 2021, y muchos de ellos se marcharon para encontrar un trabajo con mejor salario, beneficios u horarios más flexibles, añadió.
Según el informe, si bien la Covid-19 estuvo marcada inicialmente por el desempleo masivo -más de 20 millones de personas perdieron su trabajo en los primeros días de la pandemia, en el 2020-, el 2021 se caracterizó por una fuerte recuperación del mercado laboral.
Pero esa reanimación económica se unió a las quejas de los empleadores sobre la dificultad para encontrar trabajadores disponibles.
La escasez de mano de obra ha hecho que muchas empresas se apresuren a competir entre sí por el capital humano, con aumentos de salarios y bonificaciones con el fin de atraer a los solicitantes.
Ello, a su vez, creó un clima en el que los trabajadores tienen más influencia y opciones que quizás en cualquier otro momento de la historia reciente, indicó la Oficina.
Las industrias con los niveles más altos de trabajadores que renunciaron o se fueron a otros empleos en diciembre fueron los servicios de alojamiento y alimentación, con un 6,1 por ciento de los casos, y el comercio minorista, con un 4,9 por ciento.
Les siguen el transporte y los servicios públicos, con un 3,8 por ciento de obreros que renunciaron, y los servicios profesionales y empresariales, con un 3,7 por ciento.
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