En un extenso análisis de las elecciones generales de mañana, Mora asegura que la tendencia actual en este país es que quien gana la presidencia llega a Zapote (Casa Presidencial) muy debilitado debido a que contaría con una fracción parlamentaria muy limitada, como lo demuestra la composición del legislativo 2018-2022.
Para el exministro, académico, filósofo y miembro de la Academia Costarricense de la Lengua Costa Rica tiende a convertirse de facto en una república semiparlamentaria; porque el poder de los diputados es cada vez mayor.
Al considerar probable la dispersión de partidos en la nueva Asamblea Legislativa (parlamento) y, por ende, diversidad, tanto ideológica como indisciplina partidaria, cuando no ruptura total, en los diputados, la fluidez de acuerdos y desacuerdos será la nota característica de este legislativo.
En ese escenario, Mora resalta la importancia de quién sea nombrado ministro de la Presidencia, pues él será su representante político por excelencia, jugando en la práctica el papel de una especie de primer ministro.
Por su parte, asevera, los diputados están conscientes de ello y ejercerán su poder cada vez más enérgicamente, como lo han demostrado en esta legislatura cuando a cada pequeño o gran escándalo, convocan a rendir cuentas ante sus comisiones a miembros del Poder Ejecutivo, incluido al propio Presidente de la República.
Debido a la relevancia de la elección de los diputados, el exministro señala que los ciudadanos deben estar muy conscientes de quiénes desean los compatriotas que asuman una curul en Cuesta de Moras (donde está ubicada la sede de la Asamblea Legislativa), pues un principio fundamental de la ética política establece que, entre más poder se tiene, más responsabilidad se adquiere.
Mora exalta que «en una época como la actual, sumida en una turbulencia e incertidumbre generalizadas en el mundo entero, es obvio que este ambiente repercutirá en las decisiones que democráticamente tomarán los ciudadanos y que marcarán, en buena medida, los derroteros que Costa Rica asumirá a corto y mediano plazo».
Sobre la elección del próximo presidente tico, refiere que prácticamente la mitad de los electores dice no haber tomado una decisión definitiva sobre qué candidato elegir o preferir, algo que -agrega- no quita, aunque parezca un tanto paradójico, que los ciudadanos no den importancia a la política, pues la mayoría dice que irá a votar mañana.
Mora menciona el hecho, insólito en la historia política, de la cantidad surrealista de candidatos a la presidencia (25), por lo que -añade- no resulta extraño que las encuestas no arrojen datos contundentes ni muestren tendencias definitivas.
Por lo que -sostiene- sí parece haber dos cosas claras, que habrá segunda vuelta en abril y que el hecho de que quien venza en la primera vuelta no tiene garantizado que va a ganar en la segunda.
oda/ale