Esos estados se unieron a California y otros que están cambiando sus políticas de salud a medida que la ola de la nueva variante Ómicron del SARS-CoV-2 retrocede.
Las medidas locales aumentan la presión sobre el gobierno del presidente Joe Biden, y en particular sobre los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, sus siglas en inglés), para que ofrezcan nuevas orientaciones sobre el uso de mascarillas.
De acuerdo con el diario The New York Times, la Casa Blanca se reunió discretamente con expertos sanitarios externos para planificar una estrategia de salida de la pandemia y una transición hacia la «nueva normalidad».
Sin embargo, afirmó la publicación, el esfuerzo entre bastidores está chocando con la realidad pública de que los gobernadores de los estados gobernados por demócratas se han adelantado al presidente al abandonar repentinamente sus mandatos de uso de mascarillas.
Estamos trabajando en seguir las tendencias por el momento, pero no debemos confiarnos. Nuestras hospitalizaciones y tasas de mortalidad a causa de la enfermedad provocada por el SARS-CoV-2 siguen siendo altas, dijo este miércoles la directora de los CDC, Rochelle Walensky.
El mandato de las mascarillas escolares de Massachusetts finalizará el 28 de febrero, según informó el miércoles el gobernador Charlie Baker.
Por su parte, la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul (Demócrata), anunció entonces que pondrá fin al mandato de máscaras en interiores esta semana, pero afirmó que necesita más tiempo para levantar esa medida en las escuelas.
Rhode Island, también controlado por demócratas, anunció ese requisito dejará de surtir efecto a partir del próximo viernes.
En California, los funcionarios anunciaron el lunes que el estado pondrá fin al mandato la próxima semana.
La Casa Blanca instó a las autoridades estatales a seguir los datos y orientaciones de la comunidad científica, ya que esta no podía ser una decisión movida por intereses políticos.
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