La premisa de las autoridades de la isla en los últimos 60 años enfatiza que «Cuba comparte lo que tiene y no lo que le sobra» y dónde mejor que en un sector decisivo para el desarrollo del ser humano.
La colaboración con otras naciones en educación se ha materializado de muchas formas, dígase la participación de maestros cubanos en la campaña de alfabetización en Nicaragua tras el triunfo de la revolución sandinista, o la presencia en escuelas de la isla de miles de jóvenes procedentes de Etiopía, Angola, Namibia y otras naciones de África.
Otro ejemplo más reciente es la muy reconocida Escuela Latinoamericana de Medicina de La Habana, fundada en 1998 y que graduó hasta hoy 30 mil 368 estudiantes de 118 países, entre ellos no pocos procedentes de pueblos originarios, tradicionalmente excluidos.
También deviene ejemplo de la colaboración el desarrollo e implementación del programa de alfabetización «Yo sí Puedo», el cual permitió a cerca de 11 millones de personas de 30 países aprender a leer y escribir.
Creado con un carácter eminentemente internacional, el método es objeto de unas 20 adaptaciones a tono con las necesidades y características de las naciones donde se aplica, e incluso cuenta ya con una versión para dispositivos móviles y su empleo en redes sociales.
El reconocimiento internacional al «Yo sí Puedo» se expresa en el premio conferido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura al Instituto Pedagógico Latinoamericano y del Caribe de Cuba, y las menciones Honoríficas del Premio Rey Sejong en 2002 y 2003.
Tanto el «Yo sí Puedo» como otros planes de colaboración materializados por Cuba han sido fruto en gran medida de la iniciativa del líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, quien al clausurar el 5 de septiembre de 1961 en La Habana el Congreso Nacional de Alfabetización aseguraba que «sin educación, realmente no puede haber Revolución. Y la Revolución alcanzará tanto más avance y tanto más éxito, cuanto más trabaje en el campo de la educación».
VÍA EN DOS SENTIDOS
Pero la colaboración de Cuba es también una vía en dos sentidos, pues al tiempo que la isla brinda su aporte a la formación de ciudadanos de otros países, recibe importantes conocimientos y saberes esenciales para el desarrollo del país.
Al mismo tiempo, con la exportación de esos servicios, se busca compensar mínimamente las fuertes erogaciones del Estado cubano en el presupuesto destinado a la educación.
En tal sentido, Andrés Erasmo Ares, jefe del departamento de Exportaciones del Ministerio de Educación Superior (MES), recordó en diálogo con Prensa Latina que en Cuba la enseñanza es totalmente gratuita, lo cual no impide que se reserven algunas capacidades en las universidades para estudiantes extranjeros que cuenten con suficientes recursos y puedan costearse sus estudios.
Apuntó que, en esa dirección, Cuba se acoge a lo establecido en el Acuerdo General de Comercio de Servicios de la Organización Mundial del Comercio.
En el caso de la isla, las variantes que se aplican en las exportaciones son la de servicios transfronterizos mediante los cuales se imparten cursos, posgrados y doctorados de forma online.
Actualmente el MES busca desarrollar esta vía, que cobró mayor fuerza en los últimos años a causa de la pandemia de Covid-19, además de ser una tendencia en aumento a nivel mundial.
También se brindan en el país los servicios a quienes lo requieren y las instituciones de enseñanza superior cuentan con una matrícula de poco más de mil extranjeros anualmente entre becarios y alumnos que se autofinancian los estudios.
Una tercera opción se refiere al desplazamiento del ofertante al país que consume ese servicio, mediante la cual académicos y profesores cubanos viajan a otras naciones bajo contrato para impartir cursos y posgrados.
Los mayores volúmenes de esta vertiente se realizan con América Latina y África. En nuestra región prácticamente existen estas relaciones con todos los países, principalmente con Ecuador, México, Colombia, Brasil, Nicaragua y Panamá, mientras en África sobresalen Angola, Mozambique, Guinea Ecuatorial y Namibia, puntualizó Ares.
Por su parte, el Ministerio de Educación (Mined) cuenta con la empresa Intercambio Científico Educacional (ICE), que trabaja mediante alianzas con todos los niveles educativos de ese organismo y su red de instituciones.
Su experiencia internacional está avalada por el desarrollo de servicios profesionales en más de 40 países, donde una cifra superior a 16 mil especialistas de la isla realiza esas labores para beneficio de más de 13 millones de personas.
A PESAR DEL BLOQUEO DE EEUU Y LA PANDEMIA
El 2021 estuvo marcado por la pandemia de Covid-19 a nivel global y el recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos contra la isla, lo cual ocasionó un impacto negativo a las exportaciones.
Aun así, durante el año se realizaron acciones en el exterior mediante 14 contratos, convenios o acuerdos en Australia, Bahamas, Jamaica, Colombia, Ecuador, Venezuela, Nicaragua, Panamá, México, Guinea Ecuatorial, Mozambique y Sudáfrica, con la participación de unos 400 prestatarios de servicios.
Paralelamente, el Suministro de Personal Especializado es una actividad a través de la cual profesionales con elevada calificación se insertan presencialmente en los sistemas educativos de los países que lo demanden para brindar asistencia técnica desde la educación preescolar hasta la universitaria, diseños curriculares y asesoría metodológica a docentes, entre otras.
Otra vía es el desarrollo de proyectos de Atención Integral a la Primera Infancia en siete países de la región, con el asesoramiento a las modalidades (institucionales y no institucionales) a partir de la experiencia del programa «Educa a tu hijo», reconocido por la Unicef, que posee un enfoque intersectorial y cuenta con una activa participación de la familia y la comunidad.
En tanto, el Centro Educacional Inclusivo para la atención de niños, adolescentes y jóvenes con necesidades especiales, asociadas a discapacidades «Sin dejar a nadie atrás», consiste en el entrenamiento, asesoría y capacitación de docentes e incluye diagnóstico, evaluación, seguimiento y orientación a los niños, sus familias y maestros, incluso con docencia directa y tratamiento psicopedagógico individualizado.
Igualmente el Mined estableció acuerdos de Cooperación a nivel gubernamental o municipal con Argentina, México, República Democrática del Congo, Kenya, Panamá y Zimbabwe.
Estos abarcan indistintamente el asesoramiento en la implementación del Programa Educa a tu hijo, intercambio académico, alfabetización, Educación Especial, con énfasis en la discapacidad intelectual y la atención a niños sordos, Enseñanza General, Técnica y Profesional, Artística, investigaciones pedagógicas y superación de docentes.
El ICE, de conjunto con el Instituto Central de Ciencias Pedagógicas y los niveles educativos del Mined, desarrolla actualmente acciones de negociación para el incremento de las exportaciones en 12 países de América Latina, el Caribe, África y Oceanía.
A su vez , trazó un sistema de acciones para lograr una interrelación de sus servicios exportables, con un grupo de instituciones y empresas que forman parte de los sectores priorizados del país.
Por ejemplo, se trabaja en el diseño de nuevos productos exportables tales como paquetes de turismo educativo; propuestas y soluciones para la educación en la era digital, adaptadas al medio cultural para el que se desarrollan, y una oferta online con tutorías y cursos.
PRIORIDAD DE COLABORACIÓN Y RELACIONES INTERNACIONALES
Otro tanto realiza el Ministerio de Educación Superior. María Victoria Villavicencio, directora de Relaciones Internacionales del organismo, aseguró que se priorizan la colaboración y los nexos para elevar la calidad de la enseñanza universitaria en el país, mediante proyectos de investigación científica y becas en el exterior, entre otras variantes.
Agregó que el bloqueo de Estados Unidos por más de 60 años incide directamente también sobre este campo, al obstaculizar no solo los contactos académicos, sino también el acceso a importantes sitios web, y la publicación en revistas especializadas de trabajos de académicos cubanos, entre otros problemas.
Recordó que durante el gobierno de Barack Obama (2009-2017), cuando se restablecieron las relaciones diplomáticas bilaterales, se apreció un considerable incremento de los intercambios.
En el presente, con la persistencia del bloqueo que se arreció hasta niveles nunca vistos durante la administración de Donald Trump (2017-2021), la colaboración está muy limitada, y una muestra de ello es que en el anterior Congreso Universidad participaron alrededor de 400 académicos estadounidenses, y en el celebrado este año, ninguno estuvo presente.
No obstante este escollo -advirtió Villavicencio-, Cuba es considerada a nivel internacional «un ejemplo de buenas prácticas en el aprovechamiento de la colaboración internacional en función del desarrollo de sectores estratégicos de su economía y en materia de investigación científica», teniendo en cuenta que prácticamente la mitad de los trabajos en esta dirección se realizan en las universidades.
Sin embargo, aclaró, es un reto permanente aprovechar al máximo todas las potencialidades y posibilidades para responder cada vez mejor a las necesidades de la sociedad y la economía a nivel nacional y de los territorios.
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