“Ya no hay más tarde. Este es el más tarde. Este es el último minuto”, expresó a las autoridades libanesas el enviado estadounidense, Amos Hochstein, en lo que estiman una presión rayana en el chantaje.
El intermediario norteamericano aconsejó a los libaneses que se concentren en lo que ganan y no en lo que pueden perder.
Fuentes citadas por el medio noticioso refieren que Hochtein ofreció un poco más que la demarcación diseñada en 2012 por Frederic Hof, aunque menor a las demandas de Beirut.
Según esos reportes, la línea de Líbano podría expandirse en líneas en zigzag dentro de los mil 430 kilómetros cuadrados, el reclamo actual de las autoridades del llamado país de los cedros.
“No hay regreso a la Línea Hof”, publicó el periódico al-Akhbar, en referencia a la imposición de Washington.
Israel y Líbano reanudaron a finales de 2020 negociaciones sobre un litigio en la frontera marítima, pero entraron en pausa por una rectificación que solicitó Beirut respecto a un mapa presentado por la ONU.
En la percepción general, los recursos de hidrocarburos en la jurisdicción marítima en disputa pudieran sacar a la llamada nación de los cedros de una crisis económica y financiera calificada por el Banco Mundial como una de las peores del planeta en 150 años.
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